EDUCACION: La esclavitud de las pantallas: Los efectos del uso excesivo de dispositivos tecnológicos
Santo Domingo, RD. - La
adicción a dispositivos tecnológicos es una realidad palpable. La dependencia
que pueden generar estos aparatos en los usuarios se está agravando a medida
que pasa el tiempo, reflejándose en las aulas mediante un bajo rendimiento
académico y dificultad de aprendizaje en algunos estudiantes del nivel básico y
secundario.
Francisca
de la Cruz, titular de la Dirección de Orientación y Psicología del Ministerio
de Educación (Minerd), detalló que a través del Centro de Apoyo Psicoemocional
(CAPEM), inaugurado este año, se reportan con frecuencia dificultad de
aprendizaje e incluso, intento y casos de suicidio en estudiantes por cumplir
con retos que se exponen en las redes sociales.
El uso excesivo de estos
aparatos no es fortuito ya que el confinamiento por la crisis sanitaria del
coronavirus, influyó en el aumento de su manipulación y dependencia debido a
las restricciones que se establecieron para controlar su propagación.
Durante una entrevista sostuvo
que el sector educativo no estaba preparado durante la pandemia para recibir
las herramientas tecnológicas distribuidas y por tanto, no se midieron las
consecuencias negativas que podían desencadenarse, sin embargo, el lado
positivo fue que no se perdió el año escolar.
“En nuestras
escuelas vinimos a usar la tecnología en un momento muy difícil que fue en la
pandemia y no nos preparamos, no preparamos al docente, ni a los padres ni a
los niños”, dijo De la Cruz, al afirmar que muchos de
los casos de dificultad de aprendizaje que se notifican están ligados al uso
excesivo de los dispositivos que los estudiantes tiene en sus casas.
Reporte
de adicción
Detalló que en el primer
trimestre de este año, se han reportado seis estudiantes con adicción a la
tecnología. Cuatro de estos presentan problemas de aprendizaje como
consecuencia y los otros dos, presentan inconvenientes conductuales con sus
padres y en ambientes sociales.
El año pasado se
registraron dos suicidios por imitar retos y otro intento de suicidio, por las
mismas causas. Estos casos corresponden a preadolescentes de edades entre 8 y
11 años. En lo que va de año no se han registrado casos de esta índole.
“No es que no se
use la tecnología, sí se puede utilizar, pero de forma limitada. Los niños no
pueden pasar dos o cuatro horas consecutivas delante de un dispositivo”,
dijo con evidente preocupación.
Bajo
rendimiento en aulas
El director del liceo
Juan Pablo Duarte ubicado en el Distrito Nacional, Victorino Germosén, señaló
que los estudiantes ni nadie usan el 10% de la capacidad que tiene un
dispositivo tecnológico como herramienta funcional. “A nuestro jóvenes, en
los hogares, no se le está inculcando un uso responsable de la tecnología”,
dijo. Mostró preocupación por algunos casos de bajo rendimiento en los
estudiantes debido al agotamiento físico y mental que presentan por las pocas
horas de descanso a causa de la distracción por los dispositivos.
“En orientación
hay casos de jóvenes que los padres admiten que amanecen jugando. Insisto en
que el celular es una herramienta y en la mano de los jóvenes es peligrosa sino
se instruye, debemos fomentar valores”, indicó.
Yidaira Medrano,
directora de la escuela primaria República Dominicana de esta capital, señaló
que una de las batallas más grande que tienen los docentes es mantener
despierto a los estudiantes, ya que estos llegan a la escuela agotados por
trasnocharse manipulando dispositivos.
“Los padres deben
de tener un nivel mayor de compromiso; es penoso cuando hay un padre que dice
que el niño se acostó a las dos o tres de la mañana jugando, situación que se
refleja en la escuela, es una de las batallas más grande que tenemos: poder
mantener esos niños despiertos”, expresó estimando que
casi la mitad de los matriculados presenta la problemática. En este centro hay
casi mil matriculados.
Narró que en ocasiones
tiene que recurrir a llamar a los padres para que despierten a sus hijos de un
sueño profundo tras el cansancio que acumulan luego de pasar toda la noche sin
descansar. “Se ve con mucha frecuencia el niño cansado y con bajo
rendimiento”, dijo especificando que los casos más frecuentes se dan en
estudiantes mayores de 11 años.
Aunque el uso de
celulares está prohibido en el centro, Medrano indicó que no es suficiente
cuando en los hogares no le tienen control ni horarios estipulados para su
manipulación.
Claribel Rodríguez
coordinadora de orientación de la escuela básica Mauricio Báez, afirmó que
también se notifican estos tipos de casos e incluso, los mismos estudiantes
afirman por qué se trasnocharon. “Hay muchos niños que dicen que se
acostaron tarde viendo videos”, dijo.
Por: Laura Castillo.
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