NUEVAS PATOLOGIAS: Adicción a la tecnología preocupa a expertos en psicología y psiquiatría
Los dispositivos
tecnológicos pueden considerarse un arma de doble filo a pesar de su
funcionalidad. El auge de la tecnología y la dependencia que pueden generar
estos aparatos en los usuarios, está calando un impacto negativo en
niños y adolescentes, convirtiéndose en una variante de preocupación para
los expertos en psicología y psiquiatría.
La constante exposición a las pantallas que suelen tener los infantes
puede iniciar a una adicción a “cosas o la tecnología”, que trae consecuencias
graves en el desarrollo cognitivo y emocional de los infantes por la
vulnerabilidad de su cerebro.
Francis Josefina Báez, médico psiquiatra detalló que en la actualidad
hay una incidencia de un 60% en adicción a la tecnología, de acuerdo a los
casos que se presentan en las consultas privadas que ofrece en dos centros
médicos de esta capital. También es encargada del departamento de salud mental
del Servicio Nacional de Salud (SNS). La entidad no posee cifras sobre esta
variante.
“La adicción a la tecnología tiene un alto porcentaje, hasta un
60%”, dijo Báez, explicando que
el cerebro está programado para ser adicto, sin embargo, dependerá de la
frecuencia con la que el órgano reciba el placer para poder convertirse en una
adicción. La especialista consideró que el confinamiento de la pandemia influyó
significativamente en la demanda que existe de la dependencia a los
dispositivos y algunas adicciones que se reflejan en sus consultas.
Argumentó que el chupete de los bebés o famoso “bobo” que solían usar
los infantes, ha quedado en el pasado siendo rotundamente desplazado por los
dispositivos tecnológicos que los mantienen robotizados. Señaló que
el cerebro de los jóvenes está creando una dependencia a estos aparatos por
priorizar su uso constantemente.
La especialista consideró que el confinamiento de la pandemia influyó
significativamente en la demanda que existe de la dependencia a los
dispositivos y algunas adicciones que se reflejan en sus consultas.
Argumentó que el chupete de los bebés o famoso “bobo” que solían usar
los infantes, ha quedado en el pasado siendo rotundamente desplazado por los
dispositivos tecnológicos que los mantienen robotizados. Señaló que el cerebro
de los jóvenes está creando una dependencia a estos aparatos por priorizar su
uso constantemente y la poca restricción.
Descontrol de esfínteres
Abril María Arias Taveras, psicóloga clínica y terapeuta familiar,
expresó que otro comportamiento que ha podido palpar en consulta es el
descontrol de los esfínteres, es decir, niños que hacen sus necesidades
fisiológicas en la silla por no moverse y abandonar los dispositivos. “Los
dispositivos son una droga natural”, aseguró.
Enumeró que la agresividad, afecciones en el ciclo del sueño, déficit de
atención, problemas visuales, son otras problemáticas que ve en consulta por el
uso excesivo de los dispositivos. También, ha atendido casos de niños que han
golpeado significativamente a sus parientes al momento que estos deciden
quitarles los dispositivos por las noches.
Indicó que también son frecuentes las consultas por intentos suicidas
debido al tema del bullying y retos que hacen en las redes
sociales. “Recibí un caso de una familia que un hijo se tiró de una cuarta
planta”, dijo con preocupación.
Comportamientos
Por su lado, Báez detalló que los comportamientos más predominantes en
consultas producto del uso excesivo de la tecnología, son el trastorno de
distrabilidad, que es la incapacidad para mantener la atención en algo
específico y el trastorno de irritabilidad, relacionado al enojo. Estos se
representan en pacientes con edades entre 13-25 años.
Expresó que una de las mayores preocupaciones de los padres al acudir a
consulta es el comportamiento de irritabilidad y el aislamiento que suelen
presentar en sus hogares.
“El aislamiento es una de las principales cosas; antes compartían en la
casa ahora viven encerrados en la habitación”, dijo al indicar que los padres notan
preocupación por la falta de apoyo y cooperación en las labores del hogar
además de la sociabilidad, que está quedando a un lado.
“Estamos quitándoles funciones a nuestro cerebro y actuando de una forma
irresponsable como seres humanos dándoles a las máquinas la autoridad de que
nos dirijan”, dijo.
Como especialista le preocupa el incremento de este tipo de adicción
donde algunos se ven vulnerables a las convulsiones por la excitación que
recibe el cerebro, por ejemplo, debido al tiempo prolongado que le dedican a
los videojuegos.
Establecer límites
Ambas expertas consideraron que los padres deben de aumentar su
responsabilidad para limitar el uso de los dispositivos en los hogares.
“Tenemos que poner límites en el horario de uso y una edad prudente
donde el adolescente pueda usar el dispositivo”, indicaron señalando que después de los 5 o 7
años, es la edad prudente para permitirles que usen los aparatos con
limitaciones notorias.
Sugirieron además, más restricciones en aplicaciones para adultos y que
las grandes empresas de comercialización de dispositivos tecnológicos utilicen
las herramientas necesarias para diseñar equipos hábiles para
niños o que condicionen diseños para adultos con un desbloqueo obligatorio con
las pupilas. “Las pupilas de un niño y un adulto no son las mismas, eso se
pudiera lograr”, dijo.
Por: Laura Castillo.
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