SALUD: Seis hormonas que potencian nuestro bienestar
EFE: Reportajes.
- Dopamina, oxitocina, serotonina, cortisol, endorfinas y testosterona. Son
las seis mensajeras químicas producidas por las glándulas endocrinas del
organismo, que más influyen en nuestro estado de ánimo. Aprender a controlarlas
de manera natural puede revolucionar nuestra vida, según un especialista.
Las hormonas son unas
mensajeras químicas del organismo producidas por las glándulas endocrinas, son
transportadas a los tejidos y órganos a través del torrente sanguíneo y
controlan la mayoría de los principales sistemas de nuestro organismo, explican
desde la Sociedad Endocrina (Endocrine Society o ES), con sede en Washington,
DC (EE.UU.)
Estas sustancias
desempeñan un papel fundamental en los procesos bioquímicos del organismo al
transmitir mensajes entre las células y los órganos, y cuando alcanzan el
equilibrio adecuado ayudan al organismo a desarrollarse sanamente, según esta
misma fuente (www.endocrine.org).
Por ejemplo, se encargan
de regular la frecuencia cardíaca, el metabolismo (la manera en que el cuerpo
obtiene energía de los alimentos que comemos), el apetito, el estado de ánimo,
la función sexual, la reproducción, el crecimiento y desarrollo, los ciclos de
sueño, entre muchas otras funciones orgánicas.
Hay decenas de hormonas
diferentes circulando por nuestro organismo en distintas cantidades, influyendo
en casi todos los aspectos de nuestra vida, incluido nuestro cuerpo, emociones
o creatividad, pero seis de ellas en particular tiene una influencia decisiva
en nuestro estado de ánimo, según el especialista e investigador sueco David JP
Phillips (www.davidjpphillips.com).
Se trata de las hormonas
dopamina, oxitocina, serotonina, cortisol, endorfinas y testosterona.
Phillips es un orador,
autor y asesor sueco reconocido a nivel internacional, que centra su trabajo en
las habilidades para la comunicación en público, colabora con algunas de las
empresas más influyentes del mundo e investiga en las diferentes áreas del
conocimiento relacionadas con la comunicación humana.
El conocimiento sobre las
emociones y su origen biológico y neurológico, que adquirió durante sus
investigaciones, fue vital en distintas etapas de su vida, según confiesa.
De las alrededor de
cincuenta hormonas y cien neurotransmisores (otras sustancias de la bioquímica
cerebral) que trabajan en el cuerpo humano, Phillips se enfocó en aquellas que
tienen efectos reconocibles de inmediato y que la persona puede producir y usar
a voluntad aplicando unas herramientas sencillas y prácticas.
En su libro ‘Las 6
hormonas que van a revolucionar tu vida’ describe los efectos mentales de
cada sustancia, y las distintas actividades que fomentan que nuestro cerebro
las produzca.
El
poder del contacto humano.
Explica que ha descrito
los efectos más significativos de cada hormona, ya que estas sustancias no se
liberan una cada vez sino que habitualmente llegan a nuestra sangre más de una,
en distintas cantidades y con efectos mentales de distinto grado.
Por ejemplo, si quieres
experimentar la cercanía humana (vinculada a la oxitocina) e intentas que un
ser querido te abrace para que tu organismo libere esa hormona, ese abrazo hará
que también se libere dopamina, “aunque será la oxitocina la que producirá
el efecto anímico más importante” según explica.
Señala que cada una de
esas hormonas puede activarse de modo eficaz con determinadas actividades y
métodos sencillos, como meditar; hacer ejercicio; llevar una dieta sana y
beneficiosa para la flora intestinal: darse baños de agua fría; mirar
fotografías de seres queridos; disfrutar de un sueño profundo; y practicar la
generosidad y la gratitud, con quienes nos crucemos.
Sostiene que estas
sustancias nos pueden resultar útiles en reuniones, citas, al hablar en público
y en otras circunstancias vitales, aunque aclara que sus efectos son temporales
y, en el mejor de los casos, durarán unas horas.
Las
seis hormonas ‘anímicas’.
“La dopamina es
nuestra energía positiva, la fuente que nos ayuda a acabar las tareas, ya sean
divertidas o difíciles, con una sonrisa y una gran sensación de satisfacción.
Genera motivación, ímpetu, deseo y placer, además de tener un papel importante
en la creación de recuerdos a largo plazo”, explica el autor
sueco.
“La oxitocina nos
permite disfrutar de la cercanía humana, la seguridad, la conexión y la
pertenencia, y se relaciona con la empatía, la generosidad y la gratitud,
teniendo un gran impacto en nuestro bienestar. Parte de nuestro éxito personal
depende de que la liberemos y fomentemos que la liberen los demás”
señala.
“La serotonina
hace que sintamos en armonía y satisfechos con lo que ya tenemos. Este
sentimiento perduran, a diferencia de otros estados emocionales positivos, como
la euforia, el amor, la motivación, las recompensas, el entusiasmo y la
excitación, que son mas fluctuantes: vienen y van”,
asegura Phillips.
“El cortisol es
una de las sustancias, que ante una situación de estrés, hace que nos pongamos
en marcha y nos preparemos para afrontarla en uno de estos tres modos: lucha,
huida o parálisis. Su cometido es que evitemos el dolor, aunque también dispara
una sensación de incomodidad y ansiedad que no nos gusta”
explica.
“Las endorfinas equivalen
a una producción local de morfina en nuestro propio cuerpo, pero no solo sirven
para aliviar el dolor. También producen sensaciones de tranquilidad, bienestar
y placer. Podemos generarlas a través de la risa y la sonrisa sentidas de
verdad y mediante el ejercicio físico, señala el autor.
“La testosterona
amplifica las herramientas que ya utilizamos para mejorar nuestro estatus. Si
utilizamos el sentido del humor, nos hará ser más divertidos; si intentamos
generar inventos o nuevas ideas, entonces amplificará nuestra creatividad.
También influye a la hora correr riesgos y puede ayudar a que nos sintamos más
seguros de nosotros mismos”, según Phillips.
Tres
recomendaciones prácticas y sencillas.
Este especialista sugiere
algunas medidas prácticas que podemos aplicar en nuestra vida diaria para
mantener equilibradas y activas a las seis hormonas clave del estado de ánimo.
Phillips recomienda “reducir
nuestros estrés crónico o sostenido en el tiempo, escribiendo una lista de las
cosas que nos estresan durante el día (dormir con el móvil a nuestro lado,
utilizar ciertas ‘apps’, consumir comidas a las que somos intolerantes, los
ruidos que nos alteran, la gente tóxica, los conflictos con otras personas) y
decidir que vamos a eliminar el 20 por ciento de todo eso”.
“Este ejercicio
hará que te sientas más ligero y que sonrías más, y permitirá que otras
sustancias hormonales, distintas del cortisol, aumenten en tu cerebro”,
señala.
También recomienda “pasar
más tiempo con las personas con las que disfrutamos estar y a las que queremos,
o hablar con ellas por teléfono o videollamada, en lugar de enviarles
'mensajitos', ya que este contacto aumentará la oxitocina, una hormona que
tiene un efecto terapéutico en los seres humanos”.
“Por otra parte, practicar ejercicio físico puede aumentar la dopamina, endorfinas y serotonina, y también puede ayudar a eliminar los efectos negativos del estrés, la ansiedad y, hasta cierto punto, de la depresión. El ejercicio puede considerarse como una cura milagrosa para la mente y el cuerpo”, concluye.
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