VISA: EE.UU. amplía los tipos de visa en Cuba, pero deja fuera las de no migrante y turismo
EFE: La Habana, Cuba. - Estados
Unidos ampliará a partir del próximo lunes los tipos de
visa que tramita en La Habana, aunque
este cambio no incluye las de no migrante por negocios (B-1) y turismo (B-2),
que llevan años sin formalizarse en su consulado en Cuba.
La
embajada de Estados Unidos en la isla anunció este miércoles la decisión, un
paso gradual más en la recuperación de
sus servicios consulares en Cuba, que fueron reducidos al mínimo de
forma indefinida desde 2017 a raíz del supuesto "síndrome de La
Habana".
Los visados que a partir
de la semana que viene se podrán tramitar en el consulado estadounidense en
Cuba incluyen los de trabajadores
temporales o aprendices (H), los de visitantes de intercambio (J), los de
Transferencias dentro de una misma empresa (L) y los de trabajadores con
habilidades o logros extraordinarios (O).
También podrán
solicitarse con esta reforma los visados para atletas,
artistas y animadores (P), los de participantes en programas de intercambio
cultural internacional (Q) y los de miembros de una denominación religiosa que
realizan trabajos religiosos (R).
La embajada no explicó en
el comunicado los motivos por los que ahora retoma la expedición de estos tipos
de visa pero no las de no migrante, los que tendrían más demanda y los que los
cubanos tienen que solicitar en el extranjero, principalmente Guyana.
No obstante, la legación
ha reiterado en los últimos meses que esta reapertura gradual de sus servicios
consulares se debe meramente a cuestiones administrativas y logísticas, tanto
de la designación y desplazamiento de personal como de su instalación efectiva
en Cuba.
El "síndrome de La Habana" fueron
una serie de incidentes de salud que afectaron al personal diplomático
estadounidense en Cuba y que Washington, entonces bajo la Administración del
hoy candidato republicano Donald Trump
(2017-2021), achacó a "ataques sónicos" apoyados por el Gobierno
cubano.
Distintos informes,
incluidos de diferentes agencias estadounidenses, han apuntado desde entonces
que no hay evidencias de dichos ataques ni de ninguna responsabilidad de La
Habana, que siempre negó cualquier relación con los hechos y habló de
motivaciones políticas.
La denuncia del Gobierno
Trump marcó el principio del fin del período de "deshielo" entre Washington y La Habana que se inició
durante el mandato de su predecesor, Barack Obama.
Cuba sufre desde hace más de seis décadas bajo las sanciones de Estados Unidos, que se endurecieron durante el mandato de Trump.
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