Abogados de Jorge Glas dicen que tiene depresión severa y podría suicidarse
El equipo de abogados de Jorge Glas, exvicepresidente
de Rafael Correa (2007-2017)
que fue detenido en la Embajada de
México en Quito tras haber recibido asilo diplomático, advirtió este
miércoles de un "riesgo inminente" de posible nuevo intento de
suicidio al recibir más de cuarenta fármacos al día, algunos de ellos psiquiátricos.
En
una rueda de prensa, el médico Alejandro Barreto, que desde 2022 ejerce de
médico personal de Glas, denunció un conjunto de presuntas
"inacciones" del Estado ecuatoriano respecto a la salud física, emocional, mental y nutricional del
exvicepresidente, que según su criterio "podrían empujarlo a que sienta
la necesidad de volver a hacerlo (el intento de suicidio)".
"Podría ser
una especie de tortura psicológica",
afirmó Barreto, quien recordó que Glas ya intentó presuntamente suicidarse con
una sobredosis de medicamentos a los pocos días de ser recluido en La Roca, la
cárcel de máxima seguridad de Ecuador, tras su detención en la embajada
mexicana.
El médico aseguró que Glas sufre una depresión severa, así como un cuadro de ansiedad, producto de "estar
encerrado en cuatro de dos por tres (seis metros cuadrados) sin luz solar".
"Es algo desesperante. Psicológicamente es devastador para
cualquier persona", anotó Barreto, quien afirmó haberlo visto la última
vez "bastante descompensado y decaído, incluso se le van las
palabras". "Hay un empeoramiento incluso de su físico, además de su
parte mental", añadió.
En ese sentido, consideró que Glas está sobremedicado ya
que los médicos que lo atienden no pueden llevar a cabo "una terapia no
farmacológica", que a su juicio consiste en cambiarlo
de entorno, lo que implica devolverle la libertad.
Así, los abogados y el Comité Internacional por la Libertad de
Jorge Glas insistieron en que el Gobierno de Ecuador debe
entregar al exvicepresidente a México o a un tercer país que respete el asilo
diplomático brindado en abril por el entonces presidente mexicano Andrés
Manuel López Obrador.
Hasta el momento ninguno de los recursos legales del equipo de abogados
de Glas ha surtido efecto en la Justicia ecuatoriana, que catalogó la detención
de Glas como legal y no arbitraria.
"Tortura de carácter químico"
Por su parte, el abogado boliviano Sacha Llorenti manifestó a nombre
del Comité Internacional por la Libertad de Jorge Glas su "extrema
preocupación por la salud, vida e integridad física del exvicepresidente".
"Glas es un asilado
diplomático que fue secuestrado en una embajada",
dijo Llorenti, quien apuntó a que "la responsabilidad sobre la vida de
Jorge Glas recae sobre el Estado ecuatoriano, y específicamente en el
presidente Daniel Noboa, quien autorizó el asalto a la embajada y el secuestro
de Jorge Glas".
"Se estaría
aplicando una especie de tortura de carácter químico. Este coctel de
medicamentos tiene una alta probabilidad de inducirlo al suicidio. Exigimos que
exista una investigación imparcial, completa y concluyente",
añadió.
De su lado, la abogada
Sonia Vera recordó que siguen vigentes las medidas cautelares otorgadas por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a Glas en 2019.
"El 'lawfare'
ha sido reiterado y sistemático en el caso
de Jorge Glas y ahora posiblemente le cueste la vida. Estamos ante un
atentado flagrante contra la vida de Jorge Glas. No se le permite tener acceso
a su médico internista y está siendo objeto de tratos crueles, inhumanos y
degradantes", enfatizó Vera.
"Es
importante la comunidad internacional no sea testigo de lo que está ocurriendo
con Jorge y tome medidas urgentes", concluyó.
Condenado e imputado por corrupción
El pasado 5 de abril, Noboa ordenó el ingreso de
la Policía a la Embajada de México en Quito para detener a
Glas, a quien el Gobierno de López Obrador le había otorgado asilo diplomático,
si bien contaba con una orden de detención en su contra por un caso de
corrupción en el que está imputado.
Glas, que rechaza los cargos en su contra y se declara un perseguido
político, fue uno de los hombres fuertes del Gobierno de Correa, tenía además
pendiente de terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos
sentencias por corrupción dictadas en 2017 y 2020.
Mientras, México y Ecuador se han contrademandado en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya con acusaciones mutuas de haber contravenido convenios internacionales sobre relaciones diplomáticas.
No hay comentarios