CORRUCCION: Hondureños se desilusionan de presidenta en medio de escándalo
AP: Tegucigalpa,
Honduras. - Un reconocimiento incriminatorio por
parte del cuñado de la presidenta de Honduras apenas días después de que la
nación anunciara que pondría fin a su tratado de extradición con Estados Unidos
está azuzando temores entre los hondureños de que continúa el legado de
corrupción en el país.
La
presidenta Xiomara Castro había inspirado esperanza cuando fue elegida para ser
la primera mandataria del país centroamericano en 2021 con base en la promesa
de "sacar a Honduras del abismo en el que nos han sepultado el
neoliberalismo, el narcodictador y la corrupción”.
A pesar de estar casada
con el expresidente Manuel Zelaya Rosales —derrocado en un golpe de Estado en
2009—, Castro fue una bocanada de aire fresco para muchos hondureños tras la
presidencia de Juan Orlando Hernández, quien fue sentenciado en junio a 45 años
de cárcel por un tribunal estadounidense por cargos de narcotráfico.
Pero debido a que la
violencia de las pandillas ha seguido sacudiendo a Honduras y a que varios
escándalos han agobiado al gobierno de Castro, la frustración ha reemplazado
ese optimismo inicial para muchos hondureños, que ahora ven en ella a la misma
clase de gobernantes corruptos que han estado al frente de su país por largo
tiempo.
“Pensábamos que
acabaría la corrupción con Xiomara Castro, porque se supone que iban a marcar
una diferencia de gobiernos anteriores, pero han resultado iguales o peores”,
sostuvo Gabriel Hernández, de 44 años, quien trabaja en mercadotecnia en la
capital Tegucigalpa.
El golpe más reciente
ocurrió este fin de semana, cuando el cuñado de Castro, Carlos Zelaya —diputado
del partido Libertad y Refundación (Libre) y secretario del Congreso—,
reconoció que se había reunido con el líder de la organización narcotraficante
“Los Cachiros” en 2013.
Zelaya, hermano del
expresidente Manuel Zelaya, reveló los detalles a la prensa cuando acudió al
Ministerio Público el sábado para declarar con respecto a una investigación
sobre sus presuntos nexos con el narcotráfico.
Dijo que el
narcotraficante ofreció respaldar la campaña de Libre ese año, cuando Castro se
postuló a la presidencia sin éxito. Zelaya explicó que en esa época desconocía
que las personas que acudieron a la reunión estaban relacionadas con el tráfico
de drogas.
“Hace 11 años a mí
se me invitó a participar en una reunión en la que estaba un grupo de
empresarios que querían hacer una aportación a la campaña”,
expresó Zelaya a periodistas al salir del Ministerio Público. “Estoy
convencido que esa reunión fue grabada de todo lo que pasó ahí. Caí en una
trampa, asumo mi responsabilidad”.
fin del tratado de extradiciÓn
Hizo ese reconocimiento tan sólo unos días después de que el ministro de
Relaciones Exteriores de Honduras, Enrique Reina, anunció que el país pondría
fin a un tratado de extradición con Washington luego de una disputa con un
diplomático estadounidense. El tratado había estado vigente durante más de un
siglo. Desde 2014, un total de 64 hondureños han sido extraditados a Estados
Unidos, en gran medida bajo cargos de tráfico de drogas. Uno de ellos fue el
expresidente Hernández.
“No creo que esto sea una coincidencia, no creo que sea algo al azar...
Este es un asunto que podría ser un punto de inflexión en la presidencia de
Castro", dijo
Tiziano Breda, experto en Centroamérica en el Instituto Affari Internazionali
de Italia. “A menos que Castro se retracte y reestablezca el tratado de
extradición, inevitablemente esta medida será considerada una forma de proteger
a su familia".
Esas sospechas fueron compartidas por hondureños como Hernández, el
trabajador de mercadotecnia, que dijo que incluso “cualquier persona común y
corriente como yo” puede saber que eso no es coincidencia.
El descontento podría ser un lastre político para Castro y su partido en
el tiempo que falta para los comicios del año próximo, dijo Breda. Las medidas
recientes por parte del gobierno “debilitan el argumento que llevó a Libre
al poder, que fue básicamente expulsar a la élite corrupta que estaba en
contubernio con organizaciones de narcotráfico”, agregó.
Las frustraciones entre los hondureños coinciden con un descenso en la
aprobación pública del desempeño de la presidenta. El desempleo, la crisis
económica y el fracaso en reducir los niveles de violencia agudizan ese
descontento.
“Yo pienso que es común de los políticos hacer ese tipo de jugadas.
Siempre andan buscando la manera de cómo librarse de la justicia, de no rendir
cuentas ante la población, de ocultar sus fechorías y de esa manera continuar
su legado de corrupción, que en definitiva nunca acaba”, expresó Hernández.
aparente corrupciÓn
No es la primera vez que Castro ha enfrentado críticas por una aparente
corrupción.
El año pasado, la directora de una organización hondureña de combate a
la corrupción huyó del país junto con su familia por las amenazas que recibió
tras publicar un informe sobre nepotismo en el gobierno de Castro. La
organización había advertido de una concentración de poder debido a que algunos
puestos gubernamentales estaban siendo ocupados por hijos de Castro y otros
parientes suyos y de su esposo, el exmandatario.
Al anuncio de Carlos Zelaya le siguió otro de su hijo, el ministro de
Defensa, José Manuel Zelaya Rosales, quien presentó su renuncia con el
propósito de garantizar que haya una investigación objetiva hacia su padre.
El domingo, Castro anunció que Zelaya Rosales, su sobrino, sería
reemplazado en el cargo de ministro de Defensa por Rixi Moncada Godoy, quien
aspira a la presidencia.
Castro dijo que nombró a la abogada Moncada Godoy “para que haga ondear nuestra bandera en lo alto y nos haga recordar que nuestro verdadero valor radica en un pueblo digno, resistente y decidido a forjar su propio destino”.
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