Donald Trump, un sobreviviente político con la Casa Blanca al alcance de la mano
AFP: WASHINGTON, EEUU. - El
incombustible Donald Trump vuelve a tener la Casa Blanca al alcance de la mano
gracias a su olfato político y su capacidad para sortear obstáculos.
En
su tercera campaña presidencial ha sobrevivido a todo: una condena penal,
cuatro inculpaciones y dos intentos de asesinato.
Gracias a su "instinto"
afilado, el tempestuoso septuagenario, cuya caída se ha anunciado mil veces, ha
sabido sacar provecho de cada uno de estos escollos.
Parte de los republicanos
lo abandonaron después de que simpatizantes del magnate asaltaran el Capitolio
en 2021.
Pero el millonario de 78
años ha recuperado en cuatro años un control total sobre el partido.
Durante la convención de
los republicanos a mediados de julio, disfrutó viendo cómo aquellos que le
dieron la espalda se deshacían en alabanzas en el escenario. Fue dos días
después de ser blanco de un intento de asesinato durante un mitin en
Pensilvania.
El magnate llevaba un
vendaje blanco en la oreja en la que resultó herido. En solidaridad muchos
simpatizantes se vendaron las suyas.
La imagen de Trump
levantándose, con el rostro ensangrentado y el puño en alto, es la más
impactante de la campaña.
"¡Lucha!
¡Lucha! ¡Lucha!"
Su "¡Lucha!,
¡Lucha!, ¡Lucha!" lanzado a la multitud mientras los agentes del
Servicio Secreto lo desalojaban se ha convertido en un grito de guerra para sus
partidarios, que lo corean en cada mitin.
Una marea de
estadounidenses con gorras rojas, en su mayoría blancos y bastante mayores,
acude a sus actos electorales convencidos de que el neoyorquino, que hizo
fortuna en el sector inmobiliario, comprende sus dificultades mejor que nadie.
En los mítines el
candidato pinta un panorama apocalíptico de Estados Unidos, devastado según él
por una inflación galopante, migrantes que "envenenan la sangre del
país" y demócratas "de mierda".
Trump, que será el
presidente estadounidense de más edad en prestar juramento si gana, apuesta
también por los hombres jóvenes, cuyo apoyo cultiva con videos con campeones de
artes marciales mixtas en la red social TikTok, o declaraciones provocadoras en
pódcasts.
Desde sus primeros pasos
en política, la antigua estrella de la telerrealidad jugó la carta de un
candidato antisistema, sin que eso le perjudicara.
Como cuando, un mes antes
de las elecciones presidenciales de 2016, salió un viejo video en el que se
escucha a este padre de cinco hijos, de tres mujeres diferentes, presumir de
usar su celebridad para "agarrar a las mujeres por la vagina".
Los observadores
predijeron entonces que perdería el voto de las mujeres. Se equivocaron. Donald
Trump ganó.
"Estados
Unidos primero"
Una vez en la Casa
Blanca, este hombre de imponente físico rompió con todos los convencionalismos
frente a unos estadounidenses entusiastas, atónitos o asustados.
En nombre de "Estados
Unidos primero", trató con rudeza a los aliados del país, inició una
escalada impredecible con Irán sobre el programa nuclear y expresó fascinación
por líderes autoritarios, como el ruso Vladimir Putin o el norcoreano Kim Jong
Un.
El republicano remodeló
la Corte Suprema a su antojo, ofreciendo una victoria a los conservadores sobre
el aborto.
Desestimó de un plumazo
un movimiento contra la violencia policial y escapó, en dos ocasiones, a la
infamia de una destitución.
Los cuatro años de Trump
en el poder siguen estando empañados por su incapacidad para ser reelegido en
2020: una derrota frente a Joe Biden que nunca reconoció.
Tampoco hubo una "ola
gigante" republicana prometida por el expresidente en las elecciones
de medio mandato de 2022.
Su partido sufrió reveses
en referendos sobre el aborto, incluso en estados muy conservadores.
Las elecciones del 5 de noviembre ¿serán sinónimo de un nuevo fracaso y un regreso a los tormentos judiciales o de una increíble vuelta?
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