Estudiantes de La Floridad madrugan para poder estar a tiempo en escuela
SAN
JUAN DE LA MAGUANA, RD. - Los
alumnos de la comunidad de La Florida, en el distrito municipal de Las Zanjas,
se levantan a las seis de la mañana para poder llegar a tiempo a la escuela.
Los
de los barrios El Quemado y La Sabana, que son los más lejanos, salen cerca de
las siete de la mañana; los demás alrededor de las 7:20 a.m., y se reúnen en el
camino para llegar a la escuela a tiempo. La entrada es a las 8:15 de la
mañana.
Deben
atravesar la senda cubierta de tierra y rocas que se abren paso entre las
montañas donde la gente formó esta comunidad. Luego de caminar un kilómetro y
medio, aproximadamente, deben recorrer el río que pasa en medio del cruce de
los barrios Los Corozos y La Sabana.
El
caudal les cubre hasta los talones, no obstante, en días lluviosos la crecida
suele ser más riesgosa. En la confluencia esperan el camión de cama amplia,
cerrado por verjas de metal, para recorrer más de cinco kilómetros. Entre 35 y
65 estudiantes se apiñan en el vehículo, que tiene una capacidad aproximada
para 30 personas.
“La
situación que estamos viviendo acá es verdaderamente penosa, porque además de
las condiciones que tenemos con ese transporte, que prácticamente los llevan
como chivo a la escuela, cuando el camión no puede ir, muchas veces tienen que
llegar a pie y levantarse a las 4:30 ó 5:00 de la mañana. No hay ni lámparas ni
alumbrados en el camino”, dice
Miguel Jiménez, residente y pariente de estudiantes.
La
travesía aumenta cuando llueve, porque suelen llegar tarde a la escuela y
cruzar el caudal es más riesgoso. El pasado lunes 9 de septiembre, los
estudiantes de la comunidad vivieron una pesadilla, ya que la lluvia alteró su
retorno a casa, cuando salieron de la escuela cerca de las cuatro de la tarde.
Aunque
llegaron hasta el cruce en el camión, se les imposibilitó atravesar el río por
la crecida: "Cuando sucede eso, todos lo sufrimos, porque todos somos
padres y sabemos lo que es eso. Hasta que no vemos que llegan, no estamos
tranquilos", dice Sugeidy Jiménez, madre de dos estudiantes.
Santa
Hernández, una de las comunitarias, narra que, viendo las condiciones del
tiempo, algunos vecinos y padres se reunieron del otro lado de río para
intentarlos cruzar. Esperaron por horas a que se calmaran las aguas, pero
cuatro horas después los estudiantes estaban hambrientos y cansados, por lo que
decidieron actuar.
Los
ataron con una soga e intentaron cruzarlos al otro lado. En el proceso, dos
niños cayeron al agua y fueron arrastrados por la corriente, pero pudieron ser
socorridos a tiempo. Se empaparon sus uniformes, libros y cuadernos, por lo que
al día siguiente no pudieron ir a clases.
Por: la Redacción.
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