infantiles, las lacras de República Dominicana
EFE:
Reducir sustancialmente la violencia contra las mujeres es, un año más, una
asignatura pendiente en República Dominicana, el segundo país de América en
feminicidios y donde prácticas como los embarazos adolescentes y las uniones
infantiles están en muchas ocasiones normalizadas, denuncian los expertos.
Estas
situaciones se dan, precisamente, en el país en el que hace más de seis décadas
el régimen de Rafael Leónidas
Trujillo asesinó a las hermanas Mirabal, símbolo mundial de la lucha
de la mujer.
De hecho, la ONU
decidió que el Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer se conmemorara cada año el
25 de noviembre, fecha en la que en 1960 los cuerpos de las disidentes Patria, Minerva y María Teresa Mirabal aparecieron en un vehículo en el fondo
de un barranco simulando que habían sufrido un accidente.
ALARMANTES
CIFRAS EN REPÚBLICA DOMINICANA
República Dominicana presenta unas
cifras alarmantes: segundo país americano en feminicidios (2.9 por cada
100,000 mujeres) solo superado por Honduras, según la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y al menos 669
mujeres asesinadas en los últimos cinco años.
Pero antes de los feminicidos, "la expresión más fatal de la violencia
machista", la víctima
vive situaciones peligrosas. Así, en República Dominicana, cerca de 7 de cada
10 mujeres mayores de 15 años afirman que en algún momento han sufrido
violencia física y/o psicológica, dice en una entrevista a EFE la oficial
nacional de Programas de Género y Juventud del Fondo de Población de Naciones
Unidas (Unfpa), Jeannie Ferreras.
Para esta agencia,
también son violencia dos fenómenos con importante prevalencia en República
Dominicana, las uniones tempranas/matrimonios infantiles y los embarazos
adolescentes. Este último, según Ferreras, sigue siendo "un desafío muy importante",
dado que en 2022 cerca del 20 % de los partos registrados correspondió a
adolescentes y unos 1,000 embarazos eran de menores de 15 años, en ocasiones resultados
de abusos sexuales.
"Este
es un asunto que requiere más atención, más persecución y educar a la sociedad sobre una práctica
normalizada", afirma.
También son "una práctica culturalmente
aceptada" las
uniones tempranas y, aunque se ha prohibido el matrimonio antes de los 18 años,
alrededor de un 32 % de las mujeres entre 20 y 24 años dice que se casó o unió
antes de esa edad y, de ellas, un número importante lo hizo antes de los 15
años.
MÚLTIPLES
RETOS POR DELANTE
"Son
muchos los desafíos para hacer frente a la violencia contra las mujeres en el
país", afirma a
EFE Sergia Galván, del movimiento feminista de República Dominicana, quien
alerta también de la violencia obstétrica, "una de las formas de violencia más agravada sin que las mujeres
encuentren respuestas, empezando por la penalización absoluta del aborto".
República Dominicana es
uno de los pocos países de América en el que está prohibida totalmente esta
práctica, frente a lo cual numerosos sectores piden que el
Código Penal incluya el aborto cuando la vida de la madre corra peligro, el
embarazo sea resultado de violación o incesto y si el feto tiene malformaciones
que lo hacen incompatible con la vida.
Entre las tareas
pendientes, la activista dice que institucionalmente es urgente adoptar la Ley
Orgánica Integral contra la Violencia hacia las Mujeres, pues la actual norma
es de ámbito intrafamiliar y deja fuera tipos de violencia como la psicológica, la patrimonial, la
económica, la obstétrica, la callejera, la ciberviolencia o el acoso laboral.
También considera
esencial avanzar en la tipificación de
la violencia contra la mujer porque muchas situaciones quedan impunes
y crear un registro único de casos a fin de evitar la revictimización y la
pérdida de pruebas.
EDUCAR
CONTRA LA VIOLENCIA
La Unfpa tiene clara la importancia
de la educación para poner coto a la violencia.
Aquí cobra gran importancia su
proyecto ´Fabricando sueños´, un taller en el que niñas y adolescentes de 8 a
15 años aprenden, jugando, las herramientas para poder reconocer y actuar ante
la violencia, para que se consideren ciudadanas de pleno derecho, sepan de los
sistemas de protección, vean que hay alternativas a la maternidad o la unión
tempranas y conozcan su cuerpo.
Este año también hay un club de
chicos para fortalecer la masculinidad positiva, en el que se les habla de
manejo de conflictos, roles, prevención, autocuidado o prácticas saludables e
igualitarias.
También para los varones adultos existe la iniciativa ´Cambiemos la ficha´. Resulta especialmente interesante, asegura Ferreras, ver cómo hombres muy mayores dicen a los jóvenes que hicieron cosas que no fueron positivas y que, si lo hubieran sabido antes, sus vidas podrían haber sido muy distintas.
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