TRAGEDIA: Cientos hacen largas filas para conseguir agua y comida tras trágico terremoto en Japón
AFP: Japón. - Cientos
de habitantes de la pequeña ciudad
japonesa de Shika hacen fila el martes frente a la alcaldía esperando
recibir los seis litros de agua asignados a cada persona tras el potente terremoto que sacudió en la víspera el
país.
Tsugumasa
Mihara, de 73 años, dice que no recuerda haber vivido algo semejante. Este
habitante de Shika, situada en la prefectura de Ishikawa, estaba haciendo una
siesta cuando un "fuerte remezón" le despertó el lunes a las 16H10
(07H10 GMT).
"Me sentí
impotente (...) Todo lo que pude hacer fue rezar para que se acabara
rápido", cuenta a la AFP.
En total, unos 150 sismos sacudieron Japón entre el
lunes por la tarde y el martes por la mañana. El más fuerte alcanzó una
magnitud de 7,6, según a agencia meteorológica japonesa JMA.
Los daños en la casa de
Tsugumasa Mihara fueron leves: apenas unos platos rotos en el suelo de la
cocina. Y a diferencia de muchos otros habitantes, tiene electricidad.
Pero el problema,
explica, es el agua, ya que la red de agua potable de Shika, así como de muchas
otras ciudades de la península de Noto, quedó dañada.
Muchos otros habitantes de la península corrieron con menos suerte.
Varios edificios y casas se derrumbaron como consecuencia de
las sacudidas.
El último balance provisional de víctimas publicado el martes era de 48
muertos.
- "SEGUIR ADELANTE" -
En Wajima, una ciudad costera a 60 km al norte de Shika,
todo un barrio de casas de madera quedó destruido por las llamas.
En esta península rural
encajonada entre las montañas y el mar, el acceso de los servicios
de emergencia es difícil en todas partes debido a las carreteras
dañadas, derrumbadas o bloqueadas por desprendimientos de tierra.
Una calma inusual reina
en las calles de las ciudades visitadas por los periodistas de la AFP, que
también vieron muchos vehículos atascados en grietas del asfalto.
Los habitantes también hacen fila frente a
los supermercados para
abastecerse, aunque algunos comercios están cerrados por falta de suministros. "Hoy
estamos cerrados. Estamos evacuando", reza un cartel a la entrada de
uno de estos locales.
En algunos lugares, los
obreros ya están trabajando para sellar las grietas y facilitar el paso de los
bomberos, del ejército -- que fue llamado como refuerzo -- y de la policía.
Frente al ayuntamiento de Shika, Yuko, una mujer de 58
años, también espera recibir agua, distribuida por un funcionario con uniforme
azul y mascarilla.
"Necesitamos
agua", dice a la AFP. "Un acontecimiento
como éste nos recuerda lo esencial que es el agua", señala.
"Estaba en mi
casa, en el primer piso, viendo la televisión cuando se produjo el terremoto.
Temí por mi vida", cuenta la mujer.
La forma en que comenzó
2024 "quedará grabada en mi memoria para siempre", dice otra mujer de
46 años, Akiko, que junto a sus hijos estaba visitando a sus padres en Wajima
para celebrar el fin de año.
Desde el sismo, toda la
familia duerme afuera de la casa de madera de sus padres, que quedó inclinada.
Y Akiko no puede de momento regresar a su casa debido a que las rutas están
bloqueadas.
Pero Akiko se mantiene positiva. "Ahora que hemos visto lo peor (...) hay que seguir adelante".
No hay comentarios