Inicia en Nueva York el juicio contra el expresidente de Honduras
AP: Nueva York, EE.UU. - El
expresidente hondureño Juan Orlando Hernández era considerado por Estados
Unidos un aliado crucial en la guerra contra las drogas. Ahora, los fiscales
federales lo acusan de gobernar su nación como un “narcoestado” al recolectar
millones de dólares de violentos cárteles para financiar su ascenso al poder.
Casi
dos años después de su detención y extradición a Estados Unidos, Hernández
compareció el martes ante un tribunal federal de Manhattan por cargos
relacionados con tráfico de drogas y armas. Se ha elegido un jurado y las
declaraciones iniciales estaban previstas para el miércoles, en un juicio que
el juez P. Kevin Castel prevé que durará entre dos y tres semanas.
Es una estrepitosa caída
en desgracia para un dirigente político a quien gobiernos tanto demócratas como
republicanos consideraban beneficioso en la lucha contra el narcotráfico y para
ayudar a detener las olas de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados
Unidos.
El hecho de que Hernández
sea juzgado en Estados Unidos y no en su país natal subraya la debilidad
institucional de la nación centroamericana, afirmó Raúl Pineda Alvarado, un
analista político hondureño y exlegislador por el Partido Nacional, al cual pertenecía
Hernández.
“Para los
hondureños, significa la demostración de lo débil de nuestra democracia,
entendida como división de poderes", dijo Pineda
Alvarado. "Los políticos no están sujetos a ningún control”.
Según las autoridades
federales, durante casi dos décadas, Hernández obtuvo ganancias del comercio de
cientos de toneladas de cocaína introducidas en Estados Unidos, y en ocasiones
incluso colaboró con el poderoso cártel mexicano de Sinaloa.
Los millones de dólares
procedentes del narco que Hernández empezó a recibir alrededor de 2004
sirvieron a su vez para financiar su ascenso, desde legislador que representaba
a una provincia rural en el occidente de Honduras hasta presidente del Congreso
Nacional, y luego dos periodos presidenciales de 2014 a 2022, de acuerdo con la
fiscalía.
A cambio de los sobornos
que apuntalaron sus aspiraciones políticas, dicen los fiscales, los
narcotraficantes tenían permitido operar en el país con impunidad casi total:
recibían información que les permitía evadir a las autoridades e incluso
escoltas policiales para sus envíos.
Durante su primera
campaña presidencial triunfante, Hernández recibió 1,6 millones de dólares de
un traficante para financiar dicha campaña y las de otros políticos de su
partido conservador.
EL CHAPO GUZMÁN
Su hermano recibió una donación de 1 millón de dólares del célebre capo
de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, con la promesa de que los envíos del
cártel tendrían paso libre por Honduras si Hernández resultaba elegido.
Los fiscales federales en Nueva York dedicaron años a investigar las
organizaciones hondureñas del narco hasta llegar a la persona que muchos creían
estaba en la cumbre: Hernández.
Fue arrestado en su casa en la capital hondureña de Tegucigalpa en
febrero de 2022, tres meses después de finalizar su mandato presidencial, y
extraditado a Estados Unidos en abril de ese mismo año.
El secretario de
Justicia, Merrick Garland, dijo entonces que Hernández abusó de su cargo como
presidente “para operar el país como un narcoestado”.
Los abogados de Hernández
declinaron hacer comentarios antes del juicio, en el que se espera que los
fiscales se basen en el testimonio de narcotraficantes y de funcionarios de las
fuerzas de seguridad y políticos corruptos de Honduras.
El expresidente, que
obtuvo un máster en la Universidad Estatal de Nueva York campus Albany, ha
defendido firmemente su inocencia, y afirma que las acusaciones son una
venganza de narcotraficantes a los que había extraditado a Estados Unidos.
Hernández enfrenta cargos
federales que incluyen asociación delictuosa para el tráfico de drogas y
posesión de ametralladoras y artefactos destructivos.
Mientras tanto, en las últimas semanas, sus coacusados —el exjefe de la policía nacional hondureña, Juan Carlos Bonilla, y el primo de Hernández, Mauricio Hernández Pineda— se declararon culpables de cargos de narcotráfico en el mismo tribunal de Manhattan donde se está celebrando su juicio.
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