Atrapar el CO2 en la atmósfera, unas tecnologías en pleno desarrollo
AFP: Paris.
- Marginales durante mucho tiempo, las técnicas para reducir o eliminar el
CO2 en la atmósfera prosperan debido a la incapacidad humana de contener las
emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento del
planeta.
Existen
dos métodos distintos que a veces se confunden. De una parte, la captura y
almacenamiento del carbono (CCS, por sus siglas en inglés), y de otra, la
captura directa en el aire (DAC), también llamada eliminación del carbono.
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Prevenir o curar -
¿Hay que impedir que el
carbono contamine la atmósfera o bien limpiarlo una vez que el daño está hecho?
Esta es la principal diferencia entre el CCS y el DAC.
La CCS atrapa en la
salida de las fábricas el carbono emitido por la combustión de energías fósiles
o por los procedimientos industriales antes de que llegue a la atmósfera.
En cambio, el DAC extrae
el CO2 una vez que ya ha llegado al aire, a través de grandes ventiladores y
procedimientos químicos. Pero una vez en el aire, el CO2 está más disperso, lo
que hace que esta técnica sea más costosa y consuma más energía.
En los dos casos, el CO2
capturado puede ser almacenado definitivamente o reutilizado para fabricar
materiales de construcción o combustible para aviones.
Pero esta reutilización
implica un regreso inevitable a la atmósfera y no puede ser contabilizado como
una eliminación.
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Situación actual -
La industria de los
combustibles fósiles utiliza el CCS desde lo años 1970, pero no con el objetivo
de reducir la contaminación.
Originalmente, esta
técnica se usaba para extraer petróleo más rápidamente, pero la crisis
climática y las subvenciones públicas reanimaron el interés de la industria
fósil para emplearla en la reducción de las emisiones, aunque todavía es poco
rentable.
A finales de 2023, 40
empresas comerciales empleaban esta tecnología, capturando un total de 45
millones de toneladas de CO2, según la Agencia Internacional de la Energía
(AIE). Esto supone un 0,1% de las emisiones anuales en el mundo.
La eliminación del
carbono en el aire (DAC) es más reciente. Menos de 30 instalaciones usan este
método, con capacidad de extraer 10.000 toneladas de CO2 anuales, una cantidad
que equivale a las emisiones del planeta en apenas diez segundos.
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Una aceleración necesaria -
Para alcanzar el objetivo
de cero emisiones netas antes de 2050, la captación de carbono mediante la
técnica CCS deberá impedir la emisión de 1.300 millones de toneladas anuales de
aquí a 2030, es decir, 30 veces más de lo conseguido el año pasado, estima la
AIE.
En cuanto al DAC, deberá
extraer 60 millones de toneladas de CO2 por año en el mismo plazo.
Aunque ahora parezca
inalcanzable, eventos recientes arrojan un rayo de esperanza: hay al menos 130
proyectos en desarrollo, según la AIE, y en 2025 entrará en servicio en Estados
Unidos la primera fábrica capaz de captar un millón de toneladas anuales.
"Es un
desafío enorme, pero existen precedentes",
dice a la AFP Gregory Nemet, profesor de la Universidad de Wisconsin, que
señala el espectacular crecimiento de la energía solar en unas décadas.
Pero queda pendiente la
cuestión del almacenamiento: la preparación de una instalación puede llevar
hasta 10 años, lo que supone un freno no menospreciable.
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Costes todavía elevados -
La técnica CCS implica un
coste de 15 a 20 dólares por tonelada si los flujos de CO2 están muy
concentrados, y de entre 40 y 120 dólares por tonelada si los flujos están más
diluidos.
El método DAC es más
costoso: entre 600 y 1.000 dólares por tonelada extraída.
Sin embargo, estos costes
deberían caer a entre 100 y 300 dólares por tonelada de ahora a 2050, según un
informe publicado este año por el proyecto State of Carbon Dioxide Removal.
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Inversiones masivas -
Leyes recientes en
Estados Unidos y Canadá proponen créditos fiscales para incentivar las
inversiones empresariales. Corea del Sur y China ya invierten masivamente en
estas tecnologías. En la provincia china de Jiangsu se acaba de abrir una
fábrica que puede capturar hasta medio millón de toneladas de carbono cada año.
Europa no se queda atrás,
con un importante "cementerio de CO2" en desarrollo en el mar del
Norte.
Además, numerosas grandes
empresas como Alphabet, Shopify, Meta, Stripe, Microsoft o H&M prevén
invertir casi 1.000 millones de dólares de ahora a 2030 en compañías que prevén
apostar por esta tecnología.
A principios de mes, Climeworks, pionera del DAC con sede en Suiza, anunció un acuerdo de venta de créditos de emisión de carbono con dos aerolíneas, Swiss y Lufthansa.
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