HAITÍ: Conille, un pargo proceso para convertirse en primer ministro
EFE: Puerto Príncipe, Haití. - El nombramiento como
primer ministro de Haití de Garry Conille es el resultado de un largo proceso,
marcado por negociaciones políticas, tanteos, múltiples reuniones y campañas en
las redes sociales para ocupar un puesto al que aspiraron decenas de candidatos.
Finalmente el Consejo
Presidencial de Transición se decantó por Conille, quien ya fue primer ministro
de Haití entre 2011 y 2012 durante el mandato de Michel Martelly y que este
martes recibió el apoyo de seis de los siete miembros con derecho a voto de la
recién creada institución.
Ahora, como anunció este
miércoles la Presidencia haitiana en una nota publicada en Facebook, "el
Consejo Presidencial de Transición y el primer ministro designado trabajan en
la selección de las distintas personalidades que compondrán el gabinete".
El decreto con el
nombramiento de Conille debería publicarse en breve, según la prensa local, que
señala que el gabinete podría estar formado a finales de esta semana para, a
principios de la próxima, tomar posesión.
Hoy Conille aseguró en la
red social X que está "muy honrado" por su nombramiento, dio las
gracias a todos los que propusieron su nombre y, con la vista puesta en las
nuevas generaciones, aseguró: "Juntos, trabajaremos por un futuro mejor para
todos los niños de nuestro país".
Por su parte, el primer
ministro interino de Haití, Patrick Boisvert, en un mensaje en Facebook deseó a
Conille "el más sincero éxito" y manifestó su confianza en que
será capaz de "afrontar los retos y desafíos del momento".
Numerosos candidatos para
un puesto complejo
A finales de abril
pasado, el grupo mayoritario en el Consejo Presidencial de Transición designó
unilateralmente como presidente de la institución a Edgard Leblanc Fils y como
primer ministro a Fritz Bélisaire, lo que generó una crisis en una entidad instalada
solo unos días antes, el 25 de ese mismo mes.
Para poner fin a esa
situación, se acordó que la presidencia del Consejo sea rotatoria y que las
decisiones importantes, como la elección del primer ministro, sean adoptadas al
menos por 5 de los 7 consejeros con derecho a voto.
Tras ello se abrió un
proceso para la presentación de candidaturas a primer ministro y, de las más de
100 recibidas en un principio, la mitad fueron automáticamente rechazadas y
solo se aceptaron unas 50.
De ellas, se
seleccionaron 15 y después 5 (Garry Conille, Paul Antoine Bien-Aimé, Fritz
Bélizaire, Jean Alix Didier Fils Aimé y Rodolph Joazile) para quedar en la
lucha final por el cargo únicamente 3, Didier Fils-Aimé, Fritz Bélizaire y Gary
Conille, y resultar elegido finalmente este último.
Para poder inscribir una
candidatura, se exigía a los interesados adherirse al acuerdo político para una
transición pacífica y ordenada del 3 de abril, que dio origen al Consejo
Presidencial de Transición, entre otros requisitos.
Elecciones, crisis y
violencia como grandes retos
El centenar de
personalidades propuestas inicialmente por diversos sectores, partidos y
organizaciones de la sociedad civil (entre ellas exministros, antiguos
diputados, antiguos candidatos presidenciales, exdirectores de gabinete o
antiguos directores generales) optaban a convertirse en el primer ministro
encargado de poner en marcha el Gobierno de transición, cuya misión principal
es organizar elecciones en el país con vistas a la investidura de un nuevo
presidente el 7 de febrero de 2026.
Además, se encontrará con
un país en una difícil situación, en medio de una aguda crisis económica,
social y política e inmerso en la violencia de las bandas armadas. Para hacer
frente a la inseguridad, que el año pasado causó 8,000 victimas, se espera la
próxima llegada de la misión multinacional de apoyo a la seguridad liderada por
Kenia.
El puesto de primer
ministro fue establecido en Haití por la Constitución de 1987.
Desde febrero de 1988,
cuando se ocupó por primera vez ese cargo, Haití ha tenido alrededor de 25
primeros ministros, de ellos solo 3 mujeres.
Según la Constitución haitiana, el primer ministro tiene numerosas responsabilidades y poderes: está a cargo de la administración central del Estado y dirige la acción gubernamental y, además, cuenta con los poderes de nombramiento, disciplinario, de gestión, de instrucción, de rechazo y de recurso.
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