ENFOQUE: ¿Qué significan las victorias de la extrema derecha en la UE para las elecciones de EEUU este año?
AP: Washington, EE.UU. - Las
recién concluidas elecciones de la Unión Europea fueron otro hito más para los
partidos de extrema derecha del continente. Acumularon avances en muchos de los
27 países de la UE, y la sorprendente escala de sus victorias ya sacude a la
clase política allí y atrae la atención en Estados Unidos.
El
éxito de los partidos avergonzó al canciller alemán Olaf Scholz al superar a su
partido, y llevó al presidente francés Emmanuel Macron a convocar elecciones
legislativas anticipadas.
Aunque el martes seguía
el conteo de votos, lo que obtuvo la derecha es sólo el último ejemplo de cómo
el descontento con la globalización y la inmigración han alimentado una
reacción conservadora y populista en las democracias occidentales prósperas. La
victoria del expresidente Donald Trump en 2016 fue el ejemplo más claro de
esto, pero no está claro si las tendencias que impulsaron a la derecha en
Europa le permitirán ganar otro mandato en noviembre.
Esto se debe a que, junto
con los paralelismos sorprendentes, también existen diferencias clave entre la
dinámica en Europa y la de Estados Unidos. Y a pesar de los avances de la
derecha en las recientes elecciones europeas, es probable que el centro político
conserve el control del parlamento de la UE.
“Estamos
claramente en uno de esos puntos donde el viento puede soplar en cualquier
dirección”, dijo Charlies A. Kupchan, miembro del
Consejo de Relaciones Exteriores, un grupo de expertos en política exterior y
relaciones internacionales, con sede en Nueva York.
¿QUÉ
DIO IMPULSO A LA DERECHA EN EUROPA?
Todos los países de la UE
tienen dinámicas políticas diferentes, y las elecciones parlamentarias de la UE
son a menudo una oportunidad para que los votantes de cada país realicen un
voto simbólico contra quienes están en el poder en su propia nación, ya que
votan por personas que asumirán sus cargos en Bruselas, no en su propia
capital. También ha habido una reacción global contra los gobernantes actuales
que no parece tener ninguna base ideológica.
Pero el resurgimiento de
la derecha en Europa es más que simbólico o aleatorio. Se ha visto impulsado
debido a la frustración por la crisis migratoria en la UE —frustración que la
derecha ha estado más que dispuesta a amplificar en las plataformas en internet—,
así como por las regulaciones sobre el cambio climático y otros temas que se
piensa que afectan más a los residentes rurales y menos educados. El
crecimiento económico en buena parte de Europa ha permanecido estancado desde
la recesión global de 2008, lo que ha aumentado aún más el descontento con el
statu quo.
Los
partidos de extrema derecha o populistas ahora lideran Italia y Eslovaquia y
forman parte de coaliciones gobernantes en otros países como Finlandia, Suecia
y, próximamente, Holanda.
En general, el apoyo más
fuerte de la derecha en el continente se encuentra entre los votantes rurales
que tienen niveles de educación más bajos que los urbanos —quienes expresan
mayor comodidad con los cambios económicos y sociales de la globalización. Todo
esto probablemente les suene muy familiar a los votantes estadounidenses, donde
ha habido divisiones similares entre los republicanos de Trump y los demócratas
del presidente Joe Biden.
¿ESTÁ
TRUMP MONTADO EN LA MISMA OLA?
Trump ha acogido a la
derecha europea, especialmente al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, cuya
autodenominada “democracia antiliberal” lo ha convertido en un ícono para los
conservadores populistas que creen en limitar la inmigración y los derechos de
la comunidad LGBTQ+. Ha respaldado a múltiples populistas conservadores
europeos en sus campañas por alcanzar el liderazgo nacional, y algunos de los
asesores clave de Trump mantienen vínculos con el movimiento al otro lado del
océano Atlántico.
Uno de esos exasesores,
Steve Bannon, señaló que las elecciones de la UE son “un cambio sísmico”
en su pódcast del lunes.
“Es como aquí en
Estados Unidos, es lo que hace MAGA”, dijo Bannon, quien usó
el acrónimo del eslogan de la campaña de Trump “Hagamos grande a Estados
Unidos otra vez”. “MAGA nos jala más hacia la derecha. Y creo que eso es, no
sólo algo bueno, es necesario para la nación y necesario para el mundo”.
La victoria de Trump en
2016, a pesar de perder el voto popular, estuvo impulsada en parte por la
promesa de construir un muro entre Estados Unidos y México para limitar la
migración. Este año, criticó duramente a Biden por el aumento de inmigrantes
que cruzan la frontera sur en busca de asilo en Estados Unidos. Tras reconocer
la relevancia del tema, Biden ha girado a la derecha en materia de inmigración
al emitir nuevas regulaciones para cerrar la frontera si los cruces son
demasiado numerosos.
No obstante, hay algunas
diferencias clave entre Trump y los populistas europeos, la más significativa
es su historial en materia de democracia. Trump intentó revertir su derrota
ante Biden en 2020, lo que culminó con el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio
de Estados Unidos. Ha adoptado esa causa en su campaña para recuperar el cargo
y repite la mentira de que fue privado de la reelección por un fraude
generalizado, y llamó “guerreros” a quienes irrumpieron en el Capitolio durante
un acto electoral en Las Vegas el domingo.
Steven Levitsky,
politólogo de Harvard y coautor del libro “How Democracies Die” (Cómo mueren
las democracias), dijo que eso contrasta marcadamente con los populistas
europeos.
“Son mucho menos
abiertamente autoritarios que Trump”, apuntó Levitsky. “Ninguno
de esos tipos ha rechazado los resultados electorales”.
Esa ha sido una
vulnerabilidad política para Trump, quien continúa con sus afirmaciones falsas
de que la elección de 2020 le fue robada. Biden lo ha atacado implacablemente
por los hechos del 6 de enero y ha indicado que centrará su campaña en la
preservación de la democracia. Los partidarios de Trump que atacaron las
oficinas electorales estatales perdieron en todos los estados indecisos en las
elecciones intermedias de 2022, y los demócratas esperan que la misma dinámica
proteja a Biden este año.
Kupchan dijo que los
votantes de Trump pueden estar más enojados y más desesperados que sus
homólogos europeos, quienes gozan de una sólida red de seguridad social de ese
continente.
“Una de las
razones por las que el centro se ha mantenido en Europa y no en Estados Unidos
es que los estadounidenses pueden caer mucho más”,
explicó. “Si eres un trabajador en Europa y pierdes tu trabajo en una línea
de producción de VW, sufres, pero no tanto como alguien (que lo pierde) en
Michigan”.
El apoyo más fuerte a
Trump se da entre los votantes de mayor edad, en contraste con los populistas
europeos, quienes, según los expertos, obtienen mejores resultados entre los
votantes más jóvenes. Y en el sistema bipartidista estadounidense, las elecciones
actuales equivalen a un enfrentamiento de voluntades con los electores, quienes
tendrán que elegir entre Biden o Trump. La contienda puede resumirse a quién es
menos desagradable para los votantes y si los candidatos de otros partidos que
no pueden ganar ningún poder político en la carrera obtendrán suficientes votos
para condenar a uno de los candidatos de los dos partidos principales.
Está lejos de ser
inevitable que Trump gane. Basta mirar a Europa para ver que el populismo
conservador tiene sus límites.
LA
DERECHA SÓLO PUEDE LLEGAR HASTA CIERTO PUNTO
Ha habido límites a los
avances de la derecha en Europa. El año pasado, el gobierno populista
conservador de Polonia perdió poder cuando los votantes optaron por una
coalición de centro izquierda. Reino Unido abandonó la UE —una victoria del
populismo conservador—, pero se tiene previsto que su partido conservador Tory
pierda mucho en las próximas elecciones, aun si el opositor Partido Laborista
no planea revertir el llamado Brexit.
Incluso en Hungría, el
corazón del poder del populismo conservador en Europa, ha habido un creciente
descontento con el actual gobierno.
En lugares en los que la
derecha ha tomado el poder, como Italia, donde el partido de la primera
ministra Giorgia Meloni duplicó el número de sus miembros en el parlamento de
la UE, no ha habido una ruptura radical. Meloni ha mantenido a su país como parte
de la coalición que apoya la lucha de Ucrania contra Rusia. Si bien ha tomado
medidas enérgicas contra la admisión de migrantes que cruzan el mar
Mediterráneo hacia su nación, ella y el partido al que pertenece, Hermanos de
Italia, de raíces neofascistas, no han realizado ningún cambio fundamental en
la estructura política y económica del país.
Matthias Matthisj,
profesor de economía política internacional en la Universidad Johns Hopkins,
dijo que Italia podría ser un ejemplo de cómo gobernarán los populistas en
Europa.
“Van a ser más
estrictos respecto a la oración musulmana, y puedes conducir más rápido en la
autopista ahora”, dijo Matthisj. “Pero en los asuntos
importantes —el presupuesto, la política exterior— la única forma en que estos
populistas pueden llegar al poder es si se mantienen en el centro”.
Ese es un contraste con
Trump, que ha adoptado cambios notables en la política estadounidense y en cómo
podría operar el gobierno federal si él gana. Algunos analistas creen que una
victoria de Trump podría dar permiso a populistas europeos como Meloni para
irse más hacia la derecha.
Incluso después de las elecciones de la UE, un cambio radical es poco probable. El Partido Popular Europeo (Demócratas-Cristianos) al que pertenece la presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, se movió hacia la derecha para contrarrestar la ola populista y permanece como el partido más grande del organismo de 720 miembros. El centro todavía se mantiene en Europa —simplemente se movió a la derecha. La siguiente pregunta es si eso sucederá en Estados Unidos en noviembre.
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