MIGRACIÓN: Nueva York presume de modelo migratorio, pero critica la falta de apoyo del Gobierno federal
EFE: La ciudad de Nueva York presume de
un modelo migratorio al haber
recibido e integrado en los dos últimos años a más de 200.000 inmigrantes
irregulares, pero se queja del nulo apoyo recibido desde el Gobierno
federal de Washington, atrapado en una lógica electoral donde el tema
migratorio se ha convertido en dinamita política.
"Nuestra
red de apoyo es mejor que la que encuentran en cualquier otra ciudad y estado,
y nos enorgullece haber podido apoyar de forma concreta a todas estas personas,
que ya suman 202.000, pero la carga es solo nuestra y no vemos suficiente
respaldo del Gobierno federal",
dice en una entrevista con EFE el Comisionado de Inmigración de la ciudad, Manuel Castro.
Castro encarna como pocos
el famoso 'sueño americano': llegó a Nueva
York desde México como indocumentado con solo cinco años, y tres
décadas después, tras una juventud dedicada al activismo en favor de los solicitantes de asilo, se
convirtió en el máximo responsable migratorio
de Nueva York, la ciudad "levantada por los inmigrantes",
como él mismo recuerda.
INUNDAR DE EMIGRANTES LAS 'CIUDADES
PROGRESISTAS'
Hace dos años, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ideó
la 'estrategia de los autobuses', que consistió en llenar estos vehículos
con inmigrantes recién llegados desde México y enviarlos a las
que llamaba 'ciudades progresistas' con la promesa de que allí recibirían
alojamiento y comida. No era mentira en el caso de Nueva York: una norma de
hace 50 años obliga a la ciudad a no dejar a nadie sin techo.
En los meses siguientes, Nueva York declaró una 'crisis humanitaria'
pero no por ello dejó de prestar asistencia a las miles de personas llegadas ya
no solo desde Texas, sino desde otros estados atraídos por la generosidad que
la urbe desplegó con los inmigrantes: techo para todos, escuela para los
menores (ahora mismo hay 37.000 acogidos en el sistema) y gastos médicos.
La atención a todas estas personas hizo que la ciudad calculara un gasto
extra de 10.000 millones de dólares entre 2022 y 2025, al que hizo frente "sin
respaldo del Gobierno federal, aun cuando debería ser una responsabilidad
compartida con las demás ciudades y Estados", recuerda Castro.
La ciudad se vio "obligada" -en palabras del Comisionado- a
limitar la estancia en los albergues públicos a uno o dos
meses, según las circunstancias, mediante un recurso judicial excepcional, pero
garantizó que las familias con niños no fueran desalojadas en ningún caso.
Sin embargo, y según ha podido constatar EFE en el campamento gigante de
Randall's Island, donde se envía a los adultos sin familia, la ley se aplica de
manera muy flexible y hay varios inquilinos que llevan más de cuatro meses,
mientras buscan un permiso de trabajo que nunca llega.
Y es que otro de los problemas al que se enfrentan es la enorme lentitud
de las gestiones burocráticas para conseguir el estatus de asilado y/o un
permiso de trabajo, lo que lleva un tiempo generalmente superior a los 12
meses, y eso obliga a muchos inmigrantes a caer en la economía sumergida,
generalmente en la venta callejera o como repartidores de comida en bicicleta.
DEMANDA DE EMPLEO NO SATISFECHA
"El sistema de emigración no funciona -reflexiona
Castro-. Hay gran demanda de empleos y sería lógico que los apoyáramos con el
permiso de trabajo. Llevamos décadas sin solución a estos problemas, es un
sistema inadecuado y el Congreso debería actuar", insiste, aunque reconoce que la cercanía de
la cita electoral lo complica todo.
Castro lamenta que toda la atención prestada a los inmigrantes es ahora
víctima de dos narrativas opuestas: "Por un lado, nos dicen que no estamos
haciendo lo suficiente por los inmigrantes, que tenemos una obligación moral de
no abandonarlos; por el otro, nos acusan de estar dándoles demasiado, y cuanto
más les demos, más van a venir", detalla.
"Es simbólico de lo que pasa en el país, hay demasiada división
política", considera,
reconociendo que en año de elecciones el tema se ha vuelto especialmente
espinoso, con un candidato republicano como Donald Trump que "con sus
amenazas de deportaciones masivas está generando un enorme miedo e
incertidumbre", y hace que algunos inmigrantes no se atrevan a ir a un
centro de salud o una comisaría por miedo a la expulsión.
Por: Javier Otazu.
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