POR UNA CIUDAD INCLUSIVA: Para Luis Alberto la única discapacidad está en la mente
A los 15 años, Luis
Alberto Sosa fue impactado por un disparo durante un atraco en el sector
Capotillo y desde entonces perdió la movilidad de una de sus piernas y parte de
la otra.
Siempre ha sido un chico
activo y a pesar de su condición trabaja, juega básquetbol y practica
atletismo, pues para el joven de 27 años de edad, los deportes ayudan en la
movilidad y estabilidad.
La gente creía que no iba
a sobrevivir, pues la bala entró desde su brazo izquierdo y terminó en su
columna y desde entonces ha estado dentro de su cuerpo “no duele, no
molesta, no está haciendo ningún tipo de daño”.
En el momento en que se
enteró de que estaba inamovible “yo dije ya, se acabó todo” pero ahora
está agradecido con Dios por haber sobrevivido. Explicó que está vivo “para
la buena de Dios. Dios es perfecto, él sabe lo que hace, él nunca se equivoca.
Si él tiene a uno, aquí es por un propósito”.
Duró entre 15 a 20 días
postrado en una cama inmovilizado. “Me iban volteando en la misma cama buscando
la movilidad, ya con el tiempo yo fui cambiando, tomaba antidepresivos y pude
comer, porque no podía comer por los puntos” pues la bala hizo que su estómago
se llenara de sangre.
Relató que a pesar de la
calamidad por la que pasó, mientras pueda mover sus brazos ya está bien.
Adquirir una silla de
ruedas no es tarea fácil “las sillas de ruedas realmente no son baratas”, manifestó
que entre discapacitados se comparten informaciones para conseguir precios
asequibles.
De vez en cuando visita
el médico para chequeos de rutina y revisar si la bala se ha movido de lugar
“pero todo el tiempo ha estado en el mismo lugar”.
En el momento en que le
dispararon estaba cursando el octavo grado, preparándose para tomar las pruebas
nacionales, pero la discapacidad no le impidió tomar sus exámenes y pasarlos.
Para esa ocasión le daban unos dolores en las piernas muy fuertes, aún le
siguen dando, pero más leves.
Explicó que se ha vuelto
común que la gente vea que las personas discapacitadas mendiguen en la calle “no
todas las personas por andar en silla de ruedas o tener una condición física
andan pidiendo”.
Como discapacitado
entiende que en las calles no hay accesibilidad para personas en silla de
ruedas, para él, los lugares que tienen algún tipo de accesibilidad “prácticamente
no tienen nada”.
Luis Alberto trabaja como
cajero en un supermercado. “Hay personas que me ven en la caja y piensan que
yo estoy pidiendo, pero hay gente que ya sabe quién yo soy y prefieren ir a
donde mí”.
Desde las 6:00 de la
mañana ya está en pie para salir de su casa, se traslada a pie todos los días,
en su silla camina alrededor de siete kilómetros para llegar a su trabajo, toma
entre 35 a 45 minutos.
Entre sus sueños está
comprar un carro para poder trasladarse a la Universidad. Sueña con estudiar
manufactura de equipos médicos en el Instituto Tecnológico de las Américas
(ITLA). También terminar de pagar su casa en La Guáyiga, pues el dinero que
estuvo reuniendo lo tomó para pagar parte de su casa y no comprar su carro.
Ahora tiene dos deudas.
Explicó que en el país
las personas discapacitadas la pasan difícil, puso como ejemplo el tema del
transporte “me voy y vengo rodando, porque pararse a coger un carro es una
odisea, los carros pueden estar vacíos o tener gente y por no pararse a
montarme ellos mejor siguen derecho. Puede que aparezca uno que otro que se
para, pero en lo que aparecen esos pasan dos y tres horas”.
Cree que exista alguna
posibilidad de recuperar la movilización de sus piernas, muchos doctores dicen
que sí, pero hay un 99% de que se quede como un vegetal.
Un consejo
A quienes están en sillas
de ruedas “que se motiven, no por sus familiares sino por ellos mismos, a
superarse, la única discapacidad está en la mente, mientras se tenga el cerebro
bueno y en funcionamiento no hay discapacidad” expresó el joven.
Dijo también que hay que
prepararse para lo que uno quiera ser, “hay que tirar para adelante, porque
es difícil cuando tú tienes que esperar que otro respire para tu respirar,
cuando tú consigues tus cosas por tu propio mérito se siente bien, se siente
útil y te sientes mejor como persona”.
Por: Nicole Clase.
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