Senderista Trinidad de la Cruz: “En mi desesperación, me despedí de la montaña”
SANTO DOMINGO, RD. - El
sábado antes de las 10:00 de la mañana, Trinidad de la Cruz sentía en su pecho
la emoción de conocer una nueva ruta entre las presas Pinalito y Blanco, en la
provincia Monseñor Nouel. Nunca imaginó que los más de 30 años de experiencia
que tiene realizando senderismo, le jugarían una mala pasada.
Todo marchaba. La
exploración le resultaba interesante, tanto que, se distrajo por un momento y
ya cuando volvió a retomar su realidad, del grupo que integraba, compuesto por
unas 30 personas, no había ni seña.
Eran cerca de las 11:30
de la mañana cuando notó que estaba perdida. “Había como una especie de
bifurcación y yo miré que para la izquierda había pasos y tomé ese camino. Me
desorienté y ahí me sentí perdida”. Lo narra con buen ánimo, aunque sabe que
estaba en peligro.
Los conocimientos que ha
adquirido por los tantos viajes de este tipo que ha hecho, le permitieron
actuar. “Lo primero que hice fue acercarme al río para tener agua. Le pedía a
Dios que me diera calma, y me la dio. Yo sabía que la voz de alerta la darían
cuando ellos llegaran a Bonao, que según lo estipulado era como a eso de las
6:00 y pico de la tarde”. Se mantenía esperanzada.
Al saber que ya su
búsqueda de seguro comenzaría el domingo, a Trinidad no le quedó de otra que
hacer un refugio. “Cavé en la tierra, me arropé con la capa que tenía en mi
mochila, y ahí pasaba la noche”. Hasta ese momento no tenía miedo, pero seguía
orando.
Ya el domingo en la
noche, admite, sí llegó a desesperarse. Fue por esto que se le preguntó si el
haber pasado por este tipo de experiencia la había llevado a pensar en dejar de
hacer senderismo. “No estoy muy segura de dejar de hacerlo, pero le dije a la
montaña que me despedía de ella”. A seguidas dice: “es que el senderismo está
en mi sangre”. Tiene más de tres décadas caminando entre las lomas.
Es paciente con diabetes
Al padecer de esta
enfermedad, esta mujer de 51 años, andaba con su mochila ‘full’. Tenía suero,
agua, llevaba manzanas, naranjas, pistachos, galletas y otros productos que le
dieran energía y que le alcanzaran para compartir con los demás.
“Cuando se me
terminó el suero y el agua llenaba las botellas del río para siempre tener
líquidos y mantenerme hidratada”. Sus conocimientos sobre
senderismo le hacían convencerse de que lo más sano era mantenerse tranquila y
con agua.
La familia
Trinidad no tiene hijos ni esposo. Vive con su madre en Santo Domingo. Tiene cinco hermanos, tres viven en República Dominicana y dos fuera del país. “Se estaban volviendo locos, y los que no viven aquí ya iban a comprar sus pasajes para venir”. Ella sabe que esas horas y esos días interminables también angustiaban a sus seres queridos.
Trinidad de la Cruz fue trasladada en un ambulancia del 9-1-1./Su hermano Rafael de la
Cruz fue a su encuentro, y gracias al periodista Adrián Quiroz, de Constanza, la
Prensa pudo conseguir su contacto y conversar con Trinidad, ya más serena y con
muy buen ánimo.
Rescate
y agradecimiento
Su fe en Dios fue su
mejor arma para, dentro de lo que cabe, mantener la calma. “Pero cuando vi
el helicóptero que se acercaba, me puse a llorar y a agradecer al Señor por
esta nueva oportunidad de vida”. Trinidad duró más de 48 horas sin que se
tuviera rastro de su paradero.
Después que los
rescatistas vieron el “He” que escribió en una piedra, ya se sabía que ahí
estaba la mujer que mantuvo en expectativa y en oración a los dominicanos.
Agradece a todos los que
han hecho posible su vuelta a casa, a los medios de comunicación, a los
organismos de rescate y por supuesto, a las autoridades del hospital de
Constanza, donde la trataron “como a una reina”.
Trinidad fue encontrada
entre las presas Pinalito y Blanco, en la provincia Monseñor Nouel, alrededor
de las 4:00 de la tarde del pasado lunes, aunque las labores concluyeron cerca
de las 6:00. Luego fue llevada al hospital del municipio Constanza, donde
permaneció hasta la mañana de ayer martes. Está en perfecto estado de salud.
Por: Marta Queliz.
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